jueves, 29 de enero de 2015

Víctimas... voluntarias

Nuevamente abro una entrada para clarificar las cosas. Ya veis que tengo desatendido el blog, y sólo publico cuando sale alguna noticia especialmente relevante sobre la prostitución. Y es que es la única manera que tengo para que se conozca una versión distinta de los hechos, o al menos para que se reflexione sobre los mismos.

A lo que hoy me refiero es la reciente desarticulación en Murcia de un negocio de prostitución que empleaba las nuevas tecnologías para contactar con los clientes. Como de costumbre, los medios emplean una mezcla de sensacionalismo con lenguaje criminalizador y alarmista para crear una imagen lo más turbia de la prostitución, cuando si leemos un poco atentamente la información que nos llega tendríamos que preguntarnos dónde está el problema.

Es muy corriente que las noticias sobre prostitución hagan referencia a actuaciones policiales, siendo el comunicado oficial el de la policía la información básica que trasladas los diferentes medios. Esto provoca que se transmita a la población la idea de que es una actividad delincuencial, alrededor de la cual orbita el crimen organizado. Como pueden apreciar en la imagen (y más si acaban de leer la entrada), esto es así. Pero quizá no como ustedes piensan en un primer momento.



Antes de nada tengo que señalar una cosa importantísima. A diferencia de otros operativos policiales, que he criticado porque conocía de primera mano (como la Operación Afrodita o lo de las chicas del 24 horas, las del "código de barras"), en éste no sé más que lo que ha salido en los medios. Por ese motivo no puedo aportar información novedosa, sin embargo sí que puedo ayudar a "procesar" las noticias, artículos y declaraciones al respecto.

Para empezar está el hecho de que se emplean una serie de términos con una connotación muy negativa. Desde "red" a "explotación sexual", pasando por "prostituidas" o "víctimas". En puridad no son falsos, sólo que ante el lector medio crean una imagen deformada de esta realidad. En prostitución no existen negocios, sino redes. Ni empresarios, sino proxenetas. El estatus legal en España es el de CRIMINALIZACIÓN ENCUBIERTA, que prohíbe que pueda establecerse cualquier tipo de relación laboral en este ámbito: no importa que quien se prostituya lo haga voluntariamente, en las mejores condiciones y ganando mucho dinero. Si existe ALGUIEN que de alguna forma obtiene un beneficio de su actividad, por ínfimo que sea, se considera que está siendo "explotada sexualmente" y que, por consiguiente, es una "víctima" que necesita ser "rescatada".

En todo operativo policial las cifras de detenciones resultan muy llamativas, aunque en ocasiones parte de las detenidas sean las propias prostitutas como sucedió en el caso de las chicas de la Georgiana (las de Montera, las famosas del "código de barras"). En esta ocasión hemos de preguntarnos, si había únicamente 5 encargados de pisos... ¿cómo podían llevar 400 mujeres? ¿Realmente tenían trabajando todas esas mujeres o las "imágenes" no eran más que eso? ¿Y si hubo denuncia para "rescatar" a una de las menores, qué pasó con las otras once? ¿Nadie las había echado de menos?



Estamos hablando de una situación de total anormalidad, porque en cualquier sector laboral entendemos que el trabajo puede realizarse bajo la dirección y organización de un empresario. Pero en la prostitución no, ni el empresario-proxeneta puede emplear a nadie... ni el trabajador autónomo tampoco. Pongamos que usted tiene una empresa, pero para vender necesita anunciarse. Y para llevar su mercancía o prestar sus servicios ha de llegar al cliente. O sencillamente desea alquilar un local para ejercer su actividad. Bueno, pues todo eso la legislación actual lo condena... ¡y encima se justifica diciendo que lo hace por su bien, para que nadie se lucre a su costa! Es una especie de sobreprotección ciega, porque tratando de beneficiarte acaba perjudicándole a uno. No es que se persiga un lucro abusivo, sino cualquiera. No hace falta que usted denuncie, lo persiguen de oficio. Usted puede estar muy a gusto, pero viene la administración y le dice que es una víctima y que necesita "reinsertarse".

¿Pero es que la prostitución no puede ejercerse sin intermediarios? Sí, pero es más complicado. Especialmente al principio. La "red" no ejercía ninguna coacción o violencia como puede apreciarse en todas las noticias, es más, como reconoce Dña Piedad Párraga -agente Jefatura Superior de Policía de Murcia- a Luis Herrero "las relaciones eran voluntarias". PERO DA IGUAL. En prostitución, "cualquier persona que se lucra, aunque sea mayor de edad y con su consentimiento" es un PROXENETA. ¿Que es una chica que ya ejerció y monta un piso dando todas las facilidades y comodidades a las chicas? A la cárcel. ¿Que es el novio de la chica y ella está encantada con él? A la cárcel. ¿Que es la madre, que vive gracias a lo que le manda su hija? A la cárcel. Dura lex, sed lex. El Código Penal tipifica como delito lucrarse de la prostitución ajena. La policía lo deja bien clarito. No importa la cantidad (por eso no dejo que las chicas me inviten ni a un café, no es caballerosidad sino cumplimiento de la legalidad vigente) ni la relación personal (por eso veis que es tan frecuente que sean detenidos familiares, parejas, amistades...) ni la voluntariedad (el consentimiento de la prostituta es IRRELEVANTE).

El código penal es muy claro. Todo aquel que se lucre, que obtenga un beneficio económico de la señorita, es un delincuente. Da igual que sea voluntariamente, que sea un familiar o que la cantidad sea ínfima. Aunque claro, por otra parte, la realidad muestra que mientras le Ley se aplica con extremo rigor en unos casos, en otros (donde realmente hay amenazas, violencia y coacción), "nadie ve nada". 



Obviamente todo esto puede resultar absurdo y, más aún, pernicioso para las propias chicas a quienes se supone estar "ayudando". Recientemente el Tribunal Supremo canadiense tuvo que reconocer la INCONSTITUCIONALIDAD de una serie de disposiciones legales relativas a la prostitución debido a que lesionaban los derechos de las prostitutas. Y es así. Un empresario no solamente se "lucra", sin aportar nada, sino que su función resulta clave para los trabajadores. Proporciona el local para desempeñar la actividad, los chóferes que ofrecen transporte y seguridad (ningún cliente va a buscarse problemas si sabe que conocen su dirección y esperan a la chica) y, sobre todo, UNA AMPLIA CARTERA DE CLIENTES. Porque eso es fundamental. Uno de los mayores problemas para una chica que empieza es encontrar clientes. Así funciona cualquier empresa: gana dinero dando trabajo. El cliente gana, el trabajador gana y el empresario gana. En el libre mercado, en el capitalismo, todos ganamos. Pero en prostitución tenemos unas leyes anti-empresarios (las cuales prohíben cualquier tipo de contratación) que parecen redactadas por el sector más radical de Podemos.

Luis Herrero pregunta a la agente si existe alguna contradicción en el hecho de que una chica haya consentido en mantener relaciones sexuales, prestadas con carácter voluntario, pues la Ley de consentimiento sexual fija esa edad en 13 años (la menor de ellas tendría 14, según las fuentes). Y es que esta edad no rige para prostitución. Toda menor de 18 años NO PUEDE ejercer la prostitución, y si lucrarse de una mayor de edad está penado (de 2 a 4 años) hacerlo de una menor lo está más (4 a 6 años). Y mucho más de una menor de 13 años (5 a 6 años). No hablamos de voluntariedad, que como quedó claro ("será castigado con las penas de prisión de dos a cuatro años y multa de 12 a 24 meses el que se lucre explotando la prostitución de otra persona, aun con el consentimiento de la misma") no se tiene en cuenta. Ni tampoco de relaciones sexuales. Hablamos de prostitución, de que exista mediación de un pago. Como he dicho, cuando hay este pago la legislación española ni siquiera tiene en cuenta el consentimiento o voluntariedad de las mayores de edad. Por eso la agente nos habla de 400 "víctimas".

Mujeres Y niñas. De acuerdo a la ideología abolicionista tampoco las personas mayores de edad podrían acceder voluntariamente a prostituirse, pues eso las desposeería de su humanidad, las "cosificaría" convirtiéndolas en una mercancía. 



Yo la habría preguntado si creía que su intervención había ayudado de alguna manera a estas chicas, que qué opinaban de su "rescate" (como hizo en su día Eduardo Inda con lo de la Operación Afrodita) o que si pensaba que las chicas podrían ejercer esa actividad con la misma comodidad, seguridad y tranquilidad de no ser por la "red". Y todavía mejor si pudiese contar con alguna de ellas, pero es que como siempre no se hace nada teniendo en cuenta a las principales interesadas.

Si pasamos al ABC, ya caemos en la desinformación más absoluta pues asegura que las 400 chicas eran menores. Como hemos visto, eso es totalmente falso pero el periodismo en este país se caracteriza por su irresponsabilidad más absoluta. Y si hablamos de prostitución esto es particularmente cierto, siendo frecuente coger una noticia por aquí, otra por allá, mezclarlas y tirar p'alante. Por ejemplo, según parece las menores estarían cobrando unos 200 euros, pero como otras pedían 80 se dice que cobraban "a partir de 80" y como eran menores y hemos visto que eso es delito en España, se inserta la valoración de que los clientes "no tenían escrúpulos". Pero como observó Luis Herrero existe voluntariedad por una persona que ya ha llegado a la edad de consentimiento, es decir, que si hubiese hecho exactamente lo mismo pero sin cobrar no habría delito alguno. Eso es lo que muchos en principio no entienden, ¿qué bien jurídico se protege en las leyes contra la prostitución? Es lo que se denominan delitos sin víctima (victimless crimes), que muchos creemos que deberían ser despenalizados.

Ésta es una campaña publicitaria, como siempre con música emotiva y sin argumento alguno, que pretende concienciarnos contra la prostitución infantil. Toma estereotipos, jajaja. ¡Qué cosa más cursi!



Por su parte, el País nos muestra lo que hacía "la red" como ejemplo de sus malas artes y retorcidas intenciones, cuando si lo pensamos detenidamente es el contrario. Así hablan de la captación de chicas a través de compañeras de colegio, de cómo proporcionaban coartadas para que sus familias no desconfiasen o que mantenían un servicio de canguros para atender a los hijos de las chicas mientras trabajaban. ¡Eso precisamente muestra que atendían y se interesaban por sus trabajadoras! ¿Cómo iba a haber coacción alguna si retornaban cada día a sus casas, si eran personas con familia y como reconoció el propio director general de la Policía, D.Ignacio Cosidó, lo que hacía sospechar era "un nivel de ingresos desproporcionados"? (aunque en esta última parte le tengo que dar la razón a Cosidó, parece que al PP le resulte desproporcionado que ganemos más de 800 euros al mes).

Para mí, la situación está muy clara. El problema lo tenían los padres, que fueron quienes denunciaron y que ya sospechaban lo que podría estar haciendo su hija (la cual ya vendría "apuntando maneras" como coloquialmente se dice). Y es que ya hay muchos antecedentes, hace unos años comenzó a hablarse de las chicas que se prostituían "por una recarga de móvil" con 14 y 15 años. Yo eso no lo he visto, la verdad sea dicha, pero sí que he conocido muchas chicas que comenzaron a mantener relaciones a edades tempranas y a quienes las ofrecieron dinero por lo que, como me confesó una amiga en cierta ocasión, "hubiera hecho igualmente gratis". Cuando eres joven no tienes capacitaciones especiales, estás sin blanca y no puedes acceder al mercado formal de trabajo. Por ello no me extraña lo más mínimo que haya menores que vean en la prostitución una salida, especialmente si quieren hacer su vida y dejar el "nido" familiar.

Este cartel trata de llamar la atención mediante el efectista método de insertar la cara de una anciana en el cuerpo de una niña. Como recurso publicitario es bueno, pero no serviría para identificarlas. Yo he conocido personalmente a varias prostitutas menores (nuevamente tampoco hasta el extremo de la niña de la imagen, de unos 8 años, sino de 15 para arriba) y os puedo asegurar que sería IMPOSIBLE distinguirlas de cualquier otra chica de su edad físicamente. Mentalmente, en cambio, sí que tienen mucha mayor madurez (aunque también puedan estar un poco loquitas, jajaja).



Eso fue lo que le pasó a esa menor madrileña "prostituida" en Arroyo de San Serván. Supongo que se acuerden porque llegó a ser portada en los periódicos y a salir en los telediarios. Una chavala que la sociedad califica de "conflictiva", porque no acepta la autoridad y se fuga frecuentemente de casa. Que está hasta el moño (o lo que rima con moño) de las reglas, de la escuela y -con perdón- de la madre que la parió. Y que encuentra alguien que la aprecia, que muestra interés por ella y la ofrece una posibilidad de salir de su rutina. Pues se pira. Tan es así que la ingresaron en un "centro especializado" (léase cárcel de menores) ante su "elevado riesgo de fuga". Ah, coño, que parece que tan obligada no estaba. Que si se quiere marchar y no pedía ayuda a nadie parece que pudiera deberse a que era ella quien quiso abandonar su hogar, vivir con el rumano y putear.

Ojo, con esto no quiero decir que apruebe o justifique su conducta, como sabemos la prostitución de menores es un delito tipificado en el código penal y el consentimiento de una menor nunca se tiene en cuenta en prostitución. Trato de explicar lo que hizo, en base a la información existente. Y es que la historia de menores engañadas y llevadas a la prostitución tiene gancho y gran aceptación, pero no es lo que en realidad sucede. No resulta cómodo aceptar que una chica prefiera chupar pollas, hablando mal y pronto, a poner copas. Y muchísimo menos si se trata de nuestra hija, si eres padre o madre y resulta que tienes a tu retoño puteando... ¿cómo vas a encajarlo? No, vas a taparte los ojos y a decir que eso no está sucediendo, que esa dulce niña es un ángel asexual y que, a pesar de lo que estás viendo, ella no ha dado su consentimiento y alguien la ha engañado o doblegado su voluntad por medio de fuerza, drogas o enamoramiento para hacer esas cochinadas porque "mi tierna hijita no es así". Lo siento, señora, pero a su niña le gustan las pollas más que a un tonto un lápiz.

Si hemos puesto la cabeza de una vieja sobre el de una niña... pues pongamos ahora el de una niña sobre el de una mujer madura. ¡A eso le llamo yo usar la cabeza! (¿veis? también puedo ser ingenioso). De nuevo vemos que tratan de vendernos caricaturas de la realidad, no testimonios reales y directos de las menores.



Otro caso, tristemente célebre porque acabó con la muerte de su protagonista, fue el de Nora Ayala. Se trataba de una chica nuevamente con una relación conflictiva con su familia. Lo que nos dicen los medios es que a sus 16 años había repetido dos veces de curso, falsificaba las notas, tenía broncas en casa y sus padres no la daban dinero y registraban su habitación. Típica situación de "Hermano Mayor". ¿Qué hace un adolescente en estos casos? Pues se busca la vida, culpabiliza a los padres y se junta con quienes le dan un poco de cancha. Y claro, una chica joven, guapa y que busca urgentemente pasta es exactamente el perfil de prostituta primeriza. En primer lugar, lamento profundamente su fallecimiento y acompaño en el dolor a sus padres porque eso de que se te muera un hijo a los 16 años te destroza. Pero dicho esto, dudo mucho que estuviera tan obligada dada su situación personal y porque seguía viviendo con los padres. Como he mencionado, a un padre le cuesta muchísimo aceptar que su pequeña manifieste su sexualidad explicitamente. Le entiendo y no le culpo por eso, solamente con el tiempo podrá ver las cosas con tranquilidad y perspectiva. Yo mismo lo he vivido: cuando mi madre supo que había hecho cine para adultos me estuvo repitiendo, como para autoconvencerse ella misma, que me habían engañado y que yo no sabía lo que hacía. Sin embargo, los padres de Nora tendrán que hacer autocrítica y pensar si en su mano estuvo hacer algo para que su hija no acabase como acabó. Era su hija, no la mía, no voy a meterme en asuntos ajenos. De ellos depende hacer un examen de conciencia y responderse a sí mismos si resultó más conveniente espiar a su hija que sentarse a hablar con ella, castigala que tratarla como a una igual, si la estaban educando para repetarles o para temerlos. ¿El problema fue la prostitución o estuvo en otra parte? ¿Creen que si su hija hubiese estado a gusto con ellos, se hubiese sentido apreciada y tenida en cuanta habría seguido ese camino? ¿Qué buscó fuera de casa que no tenía dentro?

Y ya que estamos con el tema de las menores, vamos a seguir. Es un punto verdaderamente polémico, que ha levantado ampollas siempre que lo he tratado en el blog, pero del que hoy me voy a desquitar. Me gusta tenerlo difícil, hombre, y lo que voy a cuestionar es la mismísima legislación vigente (sin quebrantarla, me refiero a discutir sobre sus consecuencias y si aquello que establece se ajusta a la realidad o resulta lo más conveniente... se supone que vivimos en una democracia, donde hay que respetar la legalidad pero también es posible criticarla). El aspecto clave es el tema de la voluntariedad, por Ley el consentimiento de toda menor se tiene por "irrelevante" y "viciado". Esto es indiscutible, es algo que se establece "por cojones" como diría mi abuelo. Pero del mismo modo que, en teoría, se supone que todos somos iguales ante la Ley o se presupone la veracidad en el testimonio y actuación de los agentes de la autoridad y luego en la práctica las cosas no son siempre así, creo que debemos dejar atrás los moralismos y preguntarnos si realmente toda menor de 18 años no está en condiciones, ni tiene la capacidad o madurez como para ejercer la prostitución.

Iris "Easy" Steensma, el entrañable personaje de Jodie Foster en Taxi Driver, popularizó a las prostitutas menores en el cine. 



Iré de más a menos, de casos que resulten bastante claros a aquellos que puedan presentar más dudas. Veamos, hay varios ejemplos de chicas que siendo menores de edad ejercieron la prostitución de alto standing como Zahia Dehar y Ruby Rompecorazones (hablé de ellas extensamente en las entradas dedicadas a los respectivos "puteros de renombre" que se atendieron con ellas, Ribéry y Berlusconi, si os interesan buscadlas que están en el blog... me he vuelto muy perezoso como para buscaros los enlaces). En ambos casos hablamos de lo que ha sucedido en países de nuestro entorno, Francia e Italia, de proximidad geográfica, cultural y, lo más importante, legislativa. Se niega en todo caso y circunstancia que la menor pueda acceder al trato carnal por dinero. Pero a menos que uno sea un fundamentalista convendrá conmigo es que muy obligadas, lo que se dice muy obligadas, no parecían. Cobraban una pasta, estaban con personalidades, viajaban, cenaban en los mejores restaurantes, las colmaban a regalos, llevaban una vida "regalada". Ellas, qué cosa más curiosa, no denuncian y además siguen ejerciendo la prostitución. No parece que haya coacción, abuso ni engaño por ninguna parte. Y además, cuando han salido hablando, han dado una imagen de madurez y desenvoltura alucinante. ¿La Ley las ha protegido? En absoluto. De hecho se ha revelado su identidad, algo que perjudica seriamente en este oficio, y también se ha perseguido a unos clientes sobre quienes no tenían la menor queja.

Ahora hablemos de otras menores. Porque el lector, siempre tan atento y tan crítico, me objetará con toda la razón del mundo que no todas son como las anteriores. Que muchas prostitutas menores de edad lo son debido a su situación de pobreza, marginalidad y falta de oportunidades. Y eso es totalmente cierto. Yo he conocido a varias chicas que comenzaron en esto porque las cosas les vinieron mal dadas, en unos casos por desencuentros con la familia y en otros por necesidad económica. Es frecuente escuchar que las prostitutas provienen de "hogares desestructurados", eufemismo por MIERDAS DE FAMILIAS. Pues sí, bastantes chicas han entrado en la prostitución huyendo de hogares que eran el Infierno en la Tierra. ¿Quién las puede criticar por ello? De hecho creo que es una muestra clara de su autodeterminación y su fuerza para abandonar una situación que les resultaba insoportable. Luego, claro, lo que sucede es que esas familias denuncian su desaparición (persiguiéndolas), y nos extrañamos de que persistan en su intención de escaparse o no se hablen con los padres. Estas chicas le dicen a uno que la prostitución ha sido su liberación, que las ha permitido independizarse y desarrollar su proyecto vital. En el caso de aquellas que vivían en la miseria, la prostitución les ha permitido superarla: en Colombia conocí a varias mujeres que habían comenzado a prostituirse a edades tan tempranas como los 12 años, y eso -que soltado de sopetón le deja helado a cualquiera- resulta que cuando te sientas con ellas a escucharlas y haces un día a día tratando de conocerlas mejor, acabas entendiendo.

Otro ejemplo del razonamiento abolicionista, que entiende que ni siquiera debe admitirse la prostitución entre adultos. La trampa de su argumentación es obvia, burda y absurda. ¿Debería colegirse de que se prohíba el trabajo infantil que debería prohibirse cualquier tipo de trabajo? O, dándole la vuelta, si el trabajo -o la prostitución- en los adultos es "tolerable", ¿entonces con menores de edad también? Nos referimos a situaciones diferentes, que por tanto deben tener un trato diferente. Pero para los abolicionistas son lo mismo, es lo que quiero que entiendan.



A ver si me explico porque no es sencillo cambiar la concepción de las cosas de quien no ha entrado en contacto directo con un fenómeno. Quienes suelen hablar sobre prostitución, como podréis comprobar fácilmente, son personas de un status socioeconómico más o menos bueno, que tienen una posición acomodada y que no han pasado particulares carencias o privaciones en la vida. Entonces, desde su perspectiva, ciertos fenómenos resultan incomprensibles porque según su experiencia vital es algo que jamás harían. Si naces en la Moraleja, probablemente jamás imagines que tu futuro laboral pueda ser el de cajera de supermercado, buzoneador de propaganda o taxista. Hay actividades que sencillamente no te vas a ver haciendo, que te van a parecer muy poco para ti, que serían degradantes, motivo de vergüenza. Pero eso no significa que para todo el mundo lo sean. Desde luego que me gustaría ver, como cantaban Animales Muertos, a los jueces cantando en el metro y a los generales vendiendo pañuelos. Pero eso no va a suceder, los ricos tienen su mundo y los pobres el nuestro. De ahí la falta de entendimiento entre las putas y sus "salvadores", como ellas mismas dicen "no pertenecen a nuestro mundo". Para saber sobre prostitución hay que hablar con las chicas, ciertamente, pero además hacerlo desde su nivel siendo una más, participando de su realidad, viendo las cosas desde su punto de vista y no desde uno ajeno a esta realidad.

Un error tan común como nocivo es tratar de juzgar la prostitución desde los parámetros propios, cuando oigo a las "rescataputas" decir la pena que sienten al pasearse por la Montera e "imaginarse" lo que hay detrás de las chicas no puedo menos que pensar que con quienes deberíamos intervenir es con estas señoras. ¿A quién quieren ayudar, a las chicas o a ellas mismas? Para prestar una asistencia real y efectiva hace falta que primero las escuchen y entiendan sus problemas. Lo que hacen es una suerte de "absolutismo ilustrado", imponiendo sus recetas a unas personas que ni les han pedido su ayuda ni tampoco se la agradecen. Estas personas trasladan una imagen de la prostitución totalmente deformada, fruto de su interpretación personal, y lo que resulta más preocupante: para imponerla necesitan acallar a las prostitutas, suplantando su voz y "dramatizando" sus vivencias. Las chicas suelen ver el ejercicio de la prostitución como un "mal menor", la mejor elección dentro de unas posibilidades limitadas. Con esto no digo que haya que dejar a cada cual a su suerte ni que debamos acomodarnos al orden de cosas existente, sino que hay que tratar de cambiar las cosas partiendo de lo que hay, mediante reformas realistas y de acuerdo a una perspectiva pragmática. Si ignoramos esta realidad lo que sucederá es que cualquier tipo de asistencia o proyecto social fracasará miserablemente, porque no logrará obtener la colaboración de las interesadas. Suelo poner siempre el mismo ejemplo, ¿cómo vamos a pretender que una chica colabore con la justicia cuando la administración es incapaz tan siquiera de instalar papeleras en el polígono donde trabaja para que no ensucie la calle (que es su lugar de trabajo) con condones y toallitas?

Este programa de la República Dominicana trata sobre estas menores "prostituidas". Yo me pregunto qué bien puede desear alguien a quien considera "que da pena, que están en vicios, que no le pueden ofrecer nada a sus hijos". Es típico que los "salvadores de putas" no tengan el menor respeto por las mismas, ni se molestan en conocerlas pero se empeñan en rescatarlas aunque éstas no muestren el menor interés en serlo. Es curioso que quien realmente esté con las chicas y se interese en ellas sea la defensa, mientras a la fiscal la da igual no tener testigos ni nada e incluso agarrarse a las definiciones internacionales para catalogar de delito algo que nadie más concibe como tal. En ese aspecto tiene razón, es un caso de trata interna pues se ha trasportado personas de una localidad a otra con el fin de ejercer la prostitución (que es un trabajo clandestino). Eso es trata. Trata voluntaria, todo sea dicho, pero trata en resumidas cuentas.



Pasemos ahora a lo peor, a esos casos de menores vendidas, esclavizadas y obligadas a ejercer la prostitución. En España es corriente que se asegure que muchas menores de edad, en concreto rumanas, son prostituidas en contra de su voluntad. ¿Qué hay de verdad y mentira en ello? Pues veréis, las pocas menores que he conocido en prostitución en este país, son efectivamente, de Rumanía. Que hay menores puteando, ES CIERTO. No es frecuente pero tampoco tan raro que no se pueda encontrar, y además ellas nos lo cuentan a los clientes (o al menos a mí me lo han dicho) siempre y cuando exista una cierta confianza. Vuelvo a repetir que, si nos guiamos por lo que establece la Ley, la discusión se acabó aquí. Una menor no puede consentir prostituirse por voluntad propia. ¿Por qué no? Pues porque no. Si lo dice la Ley es así y punto. Ahora bien, si usted desea pasar de la ficción a la realidad continúe leyendo porque le voy a explicar qué hay tras ellas.

Las putas muchas veces comienzan gracias a una amiga, vecina o familiar. No porque las "vendan" como nos dicen en la TV (en el programa que pueden ver a continuación encontrarán una típica colección de barbaridades de las que se suelen soltar acerca de este mundo) sino porque, sencillamente, ven que es una ocupación altamente rentable, relativamente cómoda y, sobre todo, en la que es sencillo colocarse. En el programa de Espejo Público nos dicen que las familias las venden por 50 euros, y posteriormente que las "mafias" las amenazan... ¿menudo negocio, no? Por el precio de un servicio de media hora la venden, y luego se arriesgan a sufrir terribles represalias. Eso es mentira. Pero al menos se agradece que el periodista revele sus fuentes, los agentes de la UCRIF (extranjería), "que son los que saben". Casi mejor que primero vean el vídeo, porque traslada la versión oficial y es necesario conocerla para saber qué es lo que sucede en la calle.

Ejemplo de programa amarillista de los que se hacen docenas al año en España. Es lo que no se debe hacer, grabar a las chicas con cámara oculta y hacer afirmaciones sin demostrar nada. Todo además lo bañan en una tremenda moralina, rancia de cojones, y valoraciones totalmente insultantes. Por cierto, para añadir leña al fuego ponen en subtítulos lo de la Operación Afrodita, que como se demostró fue un montaje... pero claro, eso de rectificar no es propio del periodismo "comprometido". Asco me dan. Tanto, o casi tanto, como los políticos.



Cuando uno se aproxima a la realidad de la prostitución "desde lo que investigan los policías" el resultado es el que acabamos de apreciar: se desconfía de las chicas ("todas mienten, evidentemente"), se aprecia el "hermetismo" que tienen, se dice haber constatado que hay menores pero sin poderlo probar (si tuviesen un mínimo de habilidad podrían obtener la "confesión", pero es que son más torpes que el Rajoy) y que detrás de ellos hay un proxeneta que las obliga "aunque no parecen sujetas a un señor o a un engaño". De hecho su desconocimiento es tan tremendo que no ha visto un sólo documento de identificación rumano. Ciertamente son tan diferentes a los nuestros que nos causan extrañeza, por su simplicidad: son enormes, parecen cartulinas que cualquiera podría hacer y sólo contienen información por una cara. Pero la documentación no es falsa, quienquiera que esté en zonas de prostitución puede atestiguar que la policía comprueba los papeles de las chicas de continuo (de hecho hay una explicación muy sencilla para que se la sigan pidiendo a pesar de conocer perfectamente a las chicas, ¿adivinan cuál es?). En fin, el periodista nos dice todo convencido que los proxenetas las quitan todo y a pesar de ellas no se arriesgan a denunciar... y eso que están en la calle, a la vista de todo el mundo, sin cadenas ni puertas ni barrotes ni nada que en principio las impida buscar ayuda. No vemos nada de lo que los contertulios aseguran: ni menores, ni chulos, ni chicas vendidas, ni familias amenazadas... pero debemos creérnoslo. ¿Por qué? Porque son putas y las putas mienten. Él, que las ha abordado a saco de manera totalmente intrusiva, no se plantea que el fallo pueda residir en sus escasamente desarrolladas técnicas de investigación sino en las chicas (a eso me refería unos párrafos atrás sobre que no pertenecen al mismo mundo, para ellos la prostitución es cutrez, marginalidad, suciedad y "gente rara" que viene del extranjero). Además, "está en las declaraciones que tiene la UCRIF en sus manos". Esta frase es fundamental. Muchos pro derechos (conocidos también como pro regularización o pro prostitución) se indignan frente a los abolicionistas y sus aseveraciones, acusándoles de falsear la realidad o de generalizar unas situaciones que en absoluto marcan la regla general. Y yo les digo que no, que se equivocan. Que todo eso no lo dicen los "abolos", sino la policía. Quien está detrás del discurso anti-prostitución no son unas feministas cortapenes, sino los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

Cuando es un periodista, una ONG o el gobierno quien recuerda que la prostitución de menores es un delito hay que aplaudir el mensaje, porque es un signo de concienciación, de respeto y de protección de la juventud. Ahora bien, cuando nos lo dice una puta es que "se tiene la lección bien aprendida" (¿de quién? ¿del proxeneta invisible?). Joder, ¡que al tío se le veía que era PERIOLISTO a un kilómetro! Seguro que le insultaron, pero eso no lo sacaron (la magia de la tele es que sólo muestras lo que quieres que se vea).



Lo que parece claro es que existe un profundo contraste entre la versión que nos trasladan las chicas y la que recibimos por parte de la policía. Y la explicación a la que el público general tiene acceso es la que dan las autoridades, la que acaban de escuchar, que las chicas mienten por toda una serie de causas que, aunque puedan parecer contradictorios e incoherentes, hay que creerse porque lo dicen los que mandan. No denuncian porque habría represalias contra sus familias... ¿las mismas familias que las han vendido? ¡Motivo de más, diría yo! ¿Porque se las van a llevar a comisaría, a un centro de menores, a los asistentes sociales? ¿Pero no es eso lo que deben estar deseando, que las liberen de esa insufrible sucesión de abusos y maltratos en la que se ha convertido su vida? Más adelante les voy a hablar también sobre los pisos de acogida, pero centrémonos ahora en la actuación policial.

De acuerdo a la versión oficial tendríamos cientos de miles de esclavas sexuales a las que no se consigue rescatar, que en contra de toda lógica no sólo no piden ayuda sino que muestran una total desconfianza hacia quienes desearían ayudarlas (trabajadores sociales, autoridades policiales, medios de comunicación...), que están amenazadas por unas mafias tan brutales como hábiles ya que los periodistas siempre sacan a las chicas pero nunca a sus explotadores, y que encima cuando son "rescatadas" tratan de fugarse y no colaboran con las autoridades. Si uno se para a pensarlo, no parece muy convincente. Hace años yo creía en este cuento a pies juntillas, básicamente porque no tenía ni idea de este mundo y ofrecía una respuesta sencilla, rápida y que tranquilizaba mi conciencia. Pero claro, esa historia supondría reconocer que las cosas se estaban haciendo mal. Que, a pesar de los recursos y esfuerzos empeñados, no se lograba no sólo "salvar" a estas mujeres sino tan siquiera lograr que tuviesen una mínima confianza en los agentes de la autoridad. La explicación a este fracaso consiste en que las chicas consideran que la policía de aquí es "corrupta", bien porque vienen de países donde esa es la norma o bien porque los proxenetas les habrían dicho que no se fiasen de las autoridades. Es decir, se responsabiliza a las chicas. Ellas no entienden que se las quiere ayudar, por culpa de la corrupción existente en sus países o por lo que les han inculcado las "mafias".

Sin embargo, semejante cuento desafía al más elemental sentido común. Si el problema residiese en que la policía del "tercer mundo" es "mala" pero la de aquí "buena", pronto aprenderían a valorarla. Más aún teniendo un contacto tan constante con ella. Los agentes lograrían, con el transcurso del tiempo, ir ganándose su confianza y obtener su colaboración para atrapar a los "malos" que las esclavizan. De hecho esa actitud de recelo debería tornarse en profunda gratitud, y las nuevas que llagasen al hablar con las más veteranas sabrían que pueden contar con la protección y seguridad que las fuerzas del orden público les garantizan. En cuanto a lo que les cuentan los proxenetas, rápidamente comprobarían que no es cierto y les darían la espalda. Además, ¿quién creería en las palabras de quien alguien que te engaña, que abusa de ti y te usa en su provecho propio? Bueno, los electores de este país. Pero estas chicas son más listas, generalmente no votan.

Las meretrices, especialmente las menores, suelen tener problemas con agentes del orden que no quieren abonar sus servicios. Es curioso que quienes, en el día  a día, causan los problemas de los que estas mujeres más quejas tienen luego se erijan en sus defensores y declaren estar ayudándolas. Hay que ser cínico. Esta imagen, al igual que la siguiente, está tomada del libro "Incitación al odio", publicado por la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez



Como decía, al no haber conocido ninguna otra versión de los hechos, eso era lo que yo estuve creyendo durante un buen tiempo. Con la prostitución sucede lo mismo que en los regímenes totalitarios con la prensa: toda la información proviene de una única fuente gubernamental, caracterizándose por la censura, la manipulación y la adhesión inquebrantable a la versión oficial. Ninguna persona sensata hoy día da credibilidad al "Pravda" o al "Granma", pero durante muchos años fueron "dogma de fe" en sus respectivos países. Pues eso que hoy criticamos a otros, tenemos que mirar si nos sucede también a nosotros. ¿Se contrasta la información sobre prostitución? ¿La investigan periodistas independientes? ¿Existe alguien que lleve la contraria al discurso hegemónico? No (prácticamente). Y eso es muy preocupante.

Al igual que los periodistas, mis primeros encuentros con este mundo fueron muy superficiales y estuvieron marcados por la desconfianza, el miedo, y la aparente imagen de sordidez. No creía nada de lo que me dijesen las chicas, yo SABÍA que estaban amenazadas y me estaban engañando. ¡Eran putas! ¡Lo decía la tele! SABÍA que su aparente tranquilidad y buen humor no era nada más que eso, una apariencia pues la cruda realidad que se escondía detrás era la de una inmisericorde mafia que la obligaba. No conocía nada de este mundo, pero lo "SABÍA" todo.

Esa actitud se mantiene hasta que el contacto directo y reiterado con la prostitución va haciendo que se caigan los prejuicios. Entonces uno se da cuenta que las cosas no eran como las pintaban, que las chicas son personas tan normales como cualquiera y que tienen completa libertad para ir donde quieran, aceptar o rechazar clientes y manejar su dinero. Pero todavía uno mantiene una cierta cautela, "no puede ser todo tan bonito" pensé. Dudé antes de mi experiencia que la teoría, me decía "debe haber algo que se me escapa", que aunque la chica quede conmigo, hablemos, la vea a gusto... los chulos tienen que estar por alguna parte. SEGURO. Y sí, vaya si están. Y uno se queda de piedra al descubrir quiénes son, dónde están y el motivo por el que no los veía. Al ser NORMAL con las chicas (evidentemente no es normal preguntarlas por menores o pedirlas la documentación), ellas le cuentan cosas a uno. Se las cuentan. No hay que ir preguntando, consigue que la chica se sienta un poco a gusto contigo y ella SOLITA te irá diciendo cosas.

Y resulta que, como conté en su día, una chica me dice tranquilamente que no puede salir a la calle porque está la policía y no les ha pagado esa semana. Yo me quedo tó pillao y no la doy el menor crédito. ¿Cómo va a pasar algo semejante? ¡Es absurdo! Pero otro día una compañera suya, tras atenderme con ella, me dice que la policía la chulea así que nos veamos fuera del trabajo para que se quede ella con el dinero. Y otra (todas distintas, sin relación alguna entre sí más que trabajar en la misma zona) que me dice que cada vez que sale de las habitaciones la policía la quita el dinero, que vayamos a unas habitaciones de la zona de Jacinto Benavente que allí no la controlan. Y otra más que, andando yo con ella, nos paran pidiéndonos la documentación, a mí me quitan lo que llevaba encima y a ella se la llevan en una lechera. Y aquella chica, que sí que era menor, que se jugaba en las máquinas el dinero para que no se lo quedase la policía cuando la registraba y que guardaba su dinero en un buzón (sí, de los de las cartas). Ostras, Pedrín, ya son demasiadas cosas. Reconozco que me tapé los ojos, que no quería ver las cosas, que traté de engañarme a mí mismo. No quería aceptar que los chulos fuesen los policías. Era algo totalmente contrario a lo que se decía, pero además sabía que no podría decirlo: nadie me creería y además podría traerme graves consecuencias. Pero no tuve más remedio que quitarme la venda. A posteriori fui reflexionando y entendí el por qué del discurso mainstream sobre la prostitución.

Aun así, a pesar de todo lo que escuchaba con estas orejas y lo que veía con estos ojos que se comerán los gusanos, trataba de buscar cualquier explicación que desmintiera mis hallazgos. "Me tienen que estar tomando el pelo", "debo estar alucinando", "será algo que únicamente pasa aquí, un caso puntual que no es generalizable". Hacía como Mariano con la corrupción, tratar de ocultarla. Las chicas me decían que en su país la policía no es que fuese buena, pero que aquí era mucho peor, que era "mala, mala, mala". Es decir, que no confiaban en ella no por prejuicios sino por experiencia personal. De hecho, las chicas nuevas normalmente son mucho más inocentes y no albergan el menor rencor a la policía... hasta que ésta las empieza a cobrar, a robar sus pertenencias, a insultarlas y meterse con ellas, a exigir servicios sin pagar... entonces cambia su actitud. Normal. Nadie hacía ninguna advertencia o creaba predisposiciones contrarias, el causante de su odio hacia la policía era la propia policía.

Nos dicen que las mafias amenazas a estas chicas, a sus familiares, las roban lo que tienen y las dejan sin nada, las someten a palizas y toda suerte de malos tratos. Pero... ¿si las putas no colaboran con la policía, como pueden saberlo? Pues por la sencilla razón de que es la propia policía la que comete toda esa serie de delitos que relata. Así se simple. Y preocupante. Porque no se trata únicamente de una vulneración de los derechos de estas personas, lo cual ya sería muy grave. Es que NOS AFECTA A TODOS. Si un funcionario público vulnera la legalidad, está atacando frontalmente al Estado de Derecho. No sólo perjudica a "esas putas de ahí", sino a CUALQUIER CIUDADANO QUE SE CONSIDERE DEMÓCRATA y desee vivir en un sistema en el que nadie sea víctima de abusos o discriminaciones.


Llegado ese punto ya era consciente de que en la calle todo el mundo sabía lo que pasaba, y no pude sino maldecir mi estupidez por no haber observado algo que ha llegado a parecerme tan claro como la luz del día. Posteriormente, al entrar en contacto con determinados profesionales como trabajadores sociales o periodistas, constaté la realidad de semejante situación. Ni yo estaba loco, ni las chicas mentían, ni era algo desconocido. Estos hechos eran de dominio público, pero nadie lo denunciaba... ¿a quién hacerlo? Te lo reconocían, por lo bajini, añadiendo que había que tener mucho cuidado de dónde se metía uno.

Como me fui sumergiendo más y más en la prostitución, comencé a consultar documentación, informes y estudios al respecto. Y ahí fue cuando, como dicen los ingleses, "I shit my pants". Me lo hice encima. Según la literatura abolicionista eso no existía, ni se mencionaba. Pero cuando uno se acercaba a estudios de organismos independientes como las Open Society Foundations, la Contraloría de Bogotá o investigadoras como la feminista Raquel Osborne veía que era un fenómeno ampliamente documentado. Y no digamos ya si uno se acercaba a las asociaciones de prostitutas como Brigada Callejera "Elisa Martínez", POWER, ISWFACE o las mismas activistas (Gabriela Leite, Norma J. Almodovar, Herminda González...). No, era algo muy común y que pasaba en todos los países independientemente de su nivel de desarrollo económico o sistema político. De hecho, donde se halla más información sobre el tema de los abusos y las extorsiones por parte de las autoridades es en EE.UU. y Canadá. Así pues finalmente acabé encontrando, aunque inesperadamente, lo que andaba buscando.

Asimismo pude explicarme el interés que albergaba la administración en mantener esta actividad en la clandestinidad, impulsando toda una serie de medidas destinadas a perjudicar a las prostitutas y su entorno. No era por maldad, por enseñarse con las putas, o por una estrechez ideológica. ¡Se estaba protegiendo a sí misma! El ciudadano corriente no puede ver las grandes tramas de corrupción que tienen lugar por encima nuestro: aunque sospechemos que hay políticos que cobran comisiones de obra pública, que tienen cuentas en paraísos fiscales, que los consejeros de las cajas gastan a todo trapo el dinero con el que podrían comer varias familias en caprichos gracias a sus tarjetas "black" o que los partidos se financian irregularmente manteniendo una contabilidad paralela (por poner algunos ejemplos de casos de actualidad), no podemos demostrarlo ni tenemos la menor capacidad de acción para pararles. Pero a las prostitutas las extorsionan en las mismas calles por donde pasa cualquier persona, está a la vista de quien quiera comprobarlo, no es algo sobre lo que podamos creer o dudar pues podemos verlo por nosotros mismos. Las cosas fueron cobrando sentido y llegué a construir una versión de los hechos alternativa a la existente, muchísimo más sólida y capaz de dar respuesta a todas esas "lagunas" que presentaba la historia oficial. Todo lo que han hecho mis detractores es, como hicieron en su día ante los crímenes de terrorismo de Estado o de corrupción, catalogar mis indagaciones de "Teorías de la conspiración" e ignorarme. Bien, ¿contra quién conspiro yo? ¿Qué ganancia puedo sacar? ¿No estoy diciendo que a idénticos hallazgos han llegado otras personas, en otros países, con quienes no mantengo el menor contacto? Que se investigue, no pido más, y si tengo que retractarme lo haré públicamente. Y además, de muy buen gusto. Nada me gustaría más que estar equivocado, hacer como que de repente despierto de una pesadilla. Desde luego, bien sé que eso no va a suceder. Cuando hay una mala noticia la respuesta no es buscarle solución, sino matar al mensajero.

Oímos muchas veces que hay una parte de la prostitución que no vemos. Pues yo se la muestro. Y también a quién tiene esos grilletes. Si alguien ejerce algún tipo de control o autoridad sobre estas mujeres, será quien tenga suficiente poder para hacerlo ¿verdad? ¿A quienes ven, a diario, que puedan imponer su voluntad sobre las chicas?



Retomando la noticia que dio pié a esta entrada, hay un aspecto sobre el que quiero llamar la atención. La prensa nos dice que "en sus teléfonos incautados por la policía se hallaron fotos de las menores y pruebas de sus tratos con los proxenetas". Ahí lo tienen, las mafias vigilan a estas mujeres, manteniendo un férreo control sobre ellas. Esa fue otra de las cosas que también fui viendo, las chicas sufrían intervenciones telefónicas, vigilancias, seguimientos, grabaciones... Lo que había que saber para ejercer la prostitución no era follar. Lo que había que saber era cómo no dejarles pistas a los mafiosos. El uso del móvil había que restringirlo al mínimo, obviamente nunca tenerlo a nombre de uno mismo y sólo dar el número a gente de confianza. Es necesario evitar cualquier cuaderno o registro con anotaciones relativas a los pases (esto ha sido muy frecuente). Incluso hay que tener cuidado con el equipaje, con los sellos de facturación y los billetes. Cualquier despiste puede permitir que te cacen, más ahora que hay muchísimo amateur que no respeta las mínimas normas de seguridad. Y cuando te han pillado ya estás cogido, al día siguiente sales "libre" como a los que han detenido en la operación... pero ya eres su "esclavo" de por vida. Pasarás a pagarles la extorsión por los restos. ¡Menudo negocio tienen montado!

Y, por último, quiero terminar llamando la atención sobre el futuro que espera a las menores. Como nos explica en el siguiente video la señora Nieto, de la ONG que las va a ayudar a "recuperarse", han sido "liberadas" e internadas en un centro de acogida donde están "en régimen de internado" donde no las dejan salir ni tan siquiera usar teléfono. Es una cárcel SIN ESTADO DE DERECHO. Conocí a una mujer que estuvo internada en uno y me dijo que era MUCHO PEOR QUE UNA CÁRCEL. Es que es un sinsentido, ¿llaman liberar a internar a alguien en un sitio donde nadie sabe que está, no hay control legal alguno y puede estar por tiempo indefinido? ¿Es que nos hemos vuelto locos? Pues miren, como sé que lo que digo suena a exageración les dejo con la confesión para que la escuchen:

Nieto, que comparte apellido con el mayor proxeneta de toda España, asegura hacer el bien a las prostituidas a pesar de que ellas "nunca dicen que están explotadas". Porque son tan tontas, tan poca cosa, tan ignorantes que "no son capaces de reconocerse como víctimas". Pues sí, si  a mí me reconocen cuando son víctimas de gente como usted. No crea que se lo callan, acusan a las feministas, a la policía y a los gobiernos de ser sus verdugos. 


¿Lo ven? Hay que joderse, encima habla de "revictimización". Tenemos a una chica que hace lo que la sale del coño, y van los "salvaputas" a SECUESTRARLA encerrándola en unas instalaciones que se hallan completamente al margen de la Ley. Y es que lo dicen, coño, lo dicen. No es ya lo que me cuenten una panda de putas callejeras, a las que nadie cree. Lo tienen en sus morros. ¿Entienden ahora por qué no desean ninguna ayuda? ¿No les parece raro que una persona que ha sido "liberada" de sus captores trate de ponerse en contacto con ellos y escapar de sus "liberadores"? Es que es como decía antes, o son muy tontos o muy cínicos.

Una prostituta menor, bajo la legislación y la práctica policial existente hoy en día, no se halla más protegida sino que es extremadamente más vulnerable a esa violencia que llaman "institucional" (por parte de los organismos públicos y entidades colaboradoras, como las asociaciones abolicionistas). Puede ser encarcelada sin cargos y sin juicio, indefinidamente (esos pisos de acogida no tienen un plazo máximo de estancia). En la calle, mientras a otras la policía se conforma con exigirlas periódicamente un canon (que cobran cuando piden los "papeles"), a estas pueden cogerlas todo el dinero. Muchas veces las obligan a mantener relaciones con ellos para dejarlas trabajar. No, a estas chicas no se las está ayudando en absoluto. Las están jodiendo, en el sentido más negativo del término.